jueves, 4 de noviembre de 2010

Cada ser vivo en la tierra tiene un valor incalculable

Somos únicos, universos de peculiaridades particulares nos enriquecen infinitamente. No hay dos iguales. Ni seres humanos ni hermanos ni inertes.
Además la tierra es caso único en nuestro entorno dimensional. En ningún otro ecosistema generativo civilizacional se pueden encontrar tal variedad de desarrollo de diferentes especies.
Lo normal en otros planetas es un índice mucho menor de variabilidad. Nuestro planeta, la Tierra, es especialmente rica. Somos una recurridísima fuente de diseños orgánicos que resultan básicos para el desarrollo de nuevas tecnologías y metodologías. La biodiversidad y cultudiversidad de la tierra de un valor incalculable.

En la masiva emigración que siguió al desmantelamiento del edén posible, se consiguieron evacuar muestras representativas de casi todas las especies existentes en la tierra. Se consiguió asegurar así la posibilidad de continuidad de cada especie, pero en la tierra, aún residen secretos que pueden ser valiosísimos para civilizaciones hermanas y para la nuestra misma.
Un caso muy claro:


El eminente Cántor Brest, gran científico pocosíaco y sepia para más señas, utilizó las propiedades de ciertas bacterias saprófitas de las callosidades intestinales de los tigres ancianos, para la elaboración de proteinas iso proliferativas en entornos polióxicos para controlar los molestos vendavales metereológicos en los sistemas planetarios de la espiral de epiclisos. La de contentos que están desde entonces sin el puto vendaval (era como la tramuntana pero no tan fuerte).
En los tigres descendientes de los rescatados en la emigración, la flora bacteriana allí presente carecía ya de esas propiedades.
Se tuvo que realizar un rescate de emergencia y recuperar del planeta tierra a un clan de tigres indios.

Nos lo explica Asia Dazarpa la más sabia del clan:


 “Cuando tras el rescate nos liberaron de las abdutorizaciones todo cobró significado. Desde nuestro nacimiento algo en nuestro interior nos indicaba claramente que podíamos vivir de otra manera más civilizada sin tener que comernos a nuestros seres hermanos. Era tan terrible no poderse expresar, no poder entrar en internet ni leer los periódicos. Es terrible lo que está pasando en la tierra”.
Hoy en día los Dazarpa disfrutan del edén posible en el medio extraterráqueo en comunión con las otras especies y civilizaciones.

Sabido es que los seres hermanos (animales, vegetales y microorganismos) son inteligentes, se comunican y mucho más. Los comportamientos salvajes son una degradación comportamental ocasionada por las abduzatorizaciones que hacen retornar el comportamiento a estadios evolucionales mucho más primitivos.

Antes del desmantelamiento del edén posible ya se celebraban los famosos Consejos planetarios de insectos y bichitos, la poderosa y benefactora Liga hormiga-termita-abeja-avispa, la Federación oceánica, Selvaglobal, la Federación de microorganismos, bacterias y virus, por citar sólo algunas.
Famosos fueron algunos tratados como el de la logía mamífera carnívora y la herbívora, la de Organización de culturas humanas unidas con la de microorganismos, y muchos otros que ya nombraré.

Así que recuerda, somos únicos, no hay dos iguales. Ni seres humanos ni hermanos ni inertes. Cada ser vivo en la tierra tiene un valor incalculable.

Respetémonos

Hasta la próxima

26 Mayo 2007

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