martes, 2 de noviembre de 2010

La explicación de una polémica biografía

El escándalo está servido. El Dr Potasio nos asombra y nos desconcierta. Según sus informaciones la humanidad podría disfrutar hoy en día, ya mismico, de adelantos tecnológicos que sólo aparecen en las películas de ciencia ficción. Asegura que la producción de energía mediante fusión fria está en proceso de plena explotación. Dicha tecnología se mantiene oculta para que permanezca la maquinaria de negocio sin escrúpulo existente. Asegura que cientos quizás miles de científicos de todo el mundo han sido silenciados, e incluso castigados a tres meses sin postre, por intentar descubrir al mundo los valiosos descubrimientos.
El Dr. Kabut quedó completamente impresionado al conocer el descubrimiento: la fusión fría pilé era ya una realidad. Las grandes multinacionales energéticas “se ofrecieron” para comprar la patente (para poder salvar el negocio claro). Hemos entrecomillado lo de “se ofrecieron” porque en realidad impusieron sus condiciones de compra y mutismo absoluto sobre todo lo concerniente al invento.
Y es que con una sóla ración de arroz tres delicias (o similar) se consigue energía suficiente para suplir de electricidad de 400 millones de familias derrochadoras. El proceso de creación de energía se produce a una temperatura baja y compatible con la vida por los alrededores de donde se monte el tinglao, concretamente a la temperatura del hielo helado glacé pilé. Además no produce desechos, bueno ciertamente sí que los ocasiona: éstos consisten en una masa pastosa, completamente orgánica y biodegradable, normalmente en tono marrón y de olor variable pero siempre desagradable. En fin podríamos decir que produce una especie de mierda humana, aunque más sentidita. La cantidad es más o menos una mierda de tamaño medio por billón de vatios, con lo que vale la pena y además no pedorrea.
Todo el proceso se realiza en una grandísima batidora de la que sale un enorme cable de 5 metros de radio (de grosor... pedazo cable) por donde se transporta la electricidad generada a donde corresponda (normalmente a empresas cuyo su casi completo presupuesto se dedica a distribuir y contabilizar y recontabilizar para poder cobrarla a un precio infinitamnete mayor de lo que cuesta). Los enormes cubitotes de hielo necesarios para mentener la temperatura de reacción (no hace falta que esté pilé ¡eh! no, no, no) tienen que ser tirados a pala según te diga el ordenador integrado: “Un poquito más”, “Vale, vale”, “Que os he dicho que vale ya no os paséis, exageraos”. Poco más se sabe del funcionamiento del aparato, le das al botoncico y ale, electricidad por un tubo (y a 220 voltios incluso. Si es que ya viene todo preparao).
Por cierto el Dr Kabut ha desaparecido y sólo se manifiesta en internet en éstas páginas que ahora lees, estimado/a lector/a. Todo comenzó a irle mal cuando anunció en rueda de prensa que el hambre y las penurias del mundo habían llegado a su final gracias a su invento. Entonces entre grandes aplausos un jóven bien vestido, familia lejana de un alto dirigente político de un país potencia mundial, le espetó: “Estabas advertido colega, a nosotros no nos jodes el negocio” (y se fue, con una cara de mala ostia... ). Al día siguiente unos enormes y cachas matones trajeados, con auriculares y to, le buscan sin descanso. Mientras huía no paraba de gritar: “Yo sólo he dicho que donaré mi fortuna para erradicar la pobreza del mundo”, “La pobreza del mundo puede acabar ya, no me secuetreís hombre, no seáis así”, “Cabrones, hijos de puuutttaaaa”.
Don Potasio nos ha aconfirmado que publicará íntegramente todas sus documentaciones.

23 Octubre 2005

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