miércoles, 3 de noviembre de 2010

Los efectos heredados del abduzator también te afectan a ti

La humanidad entera está afectada. Determinados imperativos mentales inadvertidos se esconden en nuestras mentes para aflorar ante situaciones preconvenidas de reacción. Eso que llamamos maldad, el mal, no es más que dicha influencia.

Dar collejas, tirarse pedos traicioneros sin avisar, lavarse sólo en fin de semana impar y muchas otras aberraciones que todos conocemos son claros ejemplos de influencia abduzatórica heredada.

El abduzator, demoledor ingenio construido por el malvado mutante Nikof, es capaz de insertar directrices mentales ineludibles e indetectables en cualquier persona animal u cosa expuesta al aparatillo. Estos efectos se heredan. Las mismas malvadas reacciones abduzatóricas aparecen en los descendientes, en nosotros mismicos y el mal se perpetúa, a pesar de nuestros esfuerzos.
Nikof utilizó el abduzator profusamente en los años previos al desbaratamiento del comienzo del edén posible hace unos 4000 años. Servido de un grandísimo teleamplificador abduzatórico de encriptación mixolidia, pudo abzuzatorizar a miles de personas a la vez y a distancia.
No paraba el muy desgraciado de darle al aparatillo, y dale y dale, sin decir nada el muy cobardón. La gran mayoría de la población se vio afectada. Y la mayoría hemos heredado esos malvados imperativos mentales que todos en mayor o menor medida hemos desarrollado.

Tortor García, Eva Melosía y todos los demás Pocosíacos, han amortiguado éstas horribles imposiciones y se han elaborado tecnologías de eliminación de implantaciones abduzatóricas. Hemos conseguido controlar la casi totalidad de las directrices generales que ocasiona el fenómeno y elaborar aprendizajes que capacitan a cada individuo particular para que pueda controlar conscientemente éstos impulsos. Pero la labor es muy dificultosa y delicada, y algunas directrices abduzatóricas continúan incontroladas e incluso indetectadas.
Nikof y sus Nicotinos aún pueden ser peligrosos. Hemos de tomar las máximas precauciones posibles para no dejarnos sorprender otra vez.

Pero no os inquietéis estimadísimos amigos, la ciencia pocosíaca se acerca más y más a la revocación absoluta de los efectos heredados y derivados del abduzator y la humanidad entera se verá liberada de ésta horrible propensión al mal y la injusticia.

16 Diciembre 2005

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